Cuentos del Maule ( Santiago-Chile.
Editorial Zig-Zag, 1912)
Estas narraciones, que obtienen el Primer Premio en un
concurso literario organizado por el Congreso Superior de
Bellas Artes, Letras y Música, muestran los paisajes
de las riberas del Maule, las costumbres, formas de hablar
y los sentimientos auténticos de un sector campesino.
Contiene: “Un hijo del Maule”, “Sandías
ribereñas”, “Orgullo ingénito”,
“La risa de la gaviota”, “Don Zoilo”,
“El jilguero de Miss Eliot”, “La canción
perdida”.
El crítico Jorge Silva (La Quincena, 27 de junio
de 1913) señala: “no son los personajes lo
que más me interesa… Me gusta más el
paisaje. El río, los campos, las quebradas, esos
poblachos de costa tan simpáticos… toda la
decoración campesina, gloriosa bajo el cielo, cerca
del mar, con su bordado de colinas caprichosas y ligeras,
desfilan allí con vida propia, hablándole
a los sentidos y a la imaginación”.
Cuna de cóndores (Santiago-Chile.Imprenta
Universitaria, 1918)
Aparece
por primera vez en 1918. La edición que comentamos
incluye el discurso “Autobiografía de una vocación”
pronunciado por el autor con motivo de su incorporación
como Miembro Académico de la Facultad de Filosofía
y Educación el 16 de abril de1953. Además
de siete cuentos: “Risquera vana”, “La
epopeya de Moñi”, “Dos pestañás
de On chipo”, “El triunfo del Chey”, “La
cordillera sagrada”, “Llolli y Cachuzo”
y un glosario. Para Carlos Vicuña (El Mercurio, 28
de junio de 1919) se trata de una bellísima obra
de arte, en ella “la maciza seguridad de los caracteres
se armoniza maravillosamente con la galanura fresca de su
prosa cristalina. El estilo, sobre todo, es de una espontaneidad
encantadora: avanza serenamente, como un gran río
fluye, jugueteando entre los yunquerales de las orillas…
Admirables son también, de observación y de
verdad, los temas de sus cuentos…Con mano enérgica
ha sabido refrenar el vuelo sagrado y mantener siempre sus
creaciones en contacto con la verdad deplorable. “Dentro
de estos relatos de gran calidad literaria y espiritual,
el más antologado y celebrado es la “Epopeya
de Moñi” tanto los personajes, las descripciones
y el propio protagonista infantil muestra la grandeza de
un verdadero héroe que se agiganta a medida que transcurre
la historia adquiriendo este combate singulares características
épicas. Fragmento
La sombra del caserón (Santiago-Chile.
1919)
Drama de tesis que da cuenta, a través de Luisa
y su hermana, de dos sistemas educativos que coresponden
a dos épocas distintas de la historia chilena. La
primera representa a la niña educada en casa, a la
sombra del caserón tradicional, ignorante y solo
ocupada de banalidades y dispuesta a vivir fielmente conforme
a las rancias costumbres que fluyen de los espesos muros
del caserón; la segunda, Teresa, que ha sido dirigida
por una maestra educada en Estados Unidos- la señora
Aceituno, es preparada para conquistar por ella misma su
independencia económica. El conflicto se debate entre
estos dos sistemas que se agudizan cuando aparece Juan,
ingeniero, desatando un conflicto pasional que deja al descubierto
ventajas y desventajas de estos sistemas educativos: el
tradicional, primitivo, pero más humano y el yanqui
que predispone a la falsía y al pragmatismo.
Zurzulita(Santiago-Chile. Editorial
Chilena, 1920)
La
novela narra el amor de Mateo Elorduy y Ludomira Aravena,
llamada familiarmente Milla. Mateo obligado por la muerte
de su padre debe trabajar en el campo sin tener el ánimo
suficiente para ello. Es burlado por el antiguo administrador
del fundo recién adquirido por ésta, Don Carmen,
quien se hace pasar ante todos por el dueño, este
hombre de bajos instintos contrata a Milla como profesora
de la escuelita; Mateo se enamora de ella y se produce un
triángulo amoroso pues Don Carmen también
busca y desea el amor de la joven. Milla corresponde con
su amor a Mateo lo que despierta las iras de su rival que
se venga de diferentes maneras; asolando sus tierras y robando
su ganado. Mateo solo sueña con abandonar el lugar,
pero la joven no quiere seguirlo. El final es trágico.
La novela incluye escenas folclóricas de la vida
campesina como: la vendimia, el velorio de un niño,
la procesión ritual de San Francisco. Para la crítica
en general la historia y sus caracteres se sobreponen al
paisaje, pues existe entre estos últimos una fuerte
trabazón de intereses y de pasiones que llaman la
atención del lector. Fragmento
Ully otras novelas del Sur (Santiago-Chile.
Edit.Nascimento, 1923)
Esta
“nouvelle” trata de un joven pintor santiaguino,
Emilio Labarga, quien llega hasta la casa de un amigo alemán,
en el sur, en busca de los paisajes que le ofrece esta geografía
para plasmarlos en sus telas; pero sus anhelos e inspiración
se ven alterados por la presencia de una bella alemancita
de 18 años, hermana del amigo, que con su dulzura,
ingenuidad y belleza perturban aún más el
ánimo del pintor, hombre casado, que sucumbe ante
la joven, despertándose entre ambos una gran atracción
que no concluye pues éste le confiesa su estado civil
y se aleja del lugar.
Esta obra cuyo final abrupto fue interpretado por la crítica
como “una lección objetiva (de) las desventajas
del adulterio” que posee, sin embargo, un estilo armonioso,
de trazos admirables en la presentación del estado
psicológico del pintor y de la sana alegría
de inocencia que transmite Ully. Fragmento
Chilenos del mar ( Santiago-Chile.
Imprenta Universitaria 1929)
Es
un conjunto de nueve historias (“El llamado del mar”,
El finado Valdés”, “El piloto Oyarce”,
“En un vapor caletero”, “El pontón
Nª 5”, “Santiaguinos en el mar”,
“L’olor no más, on Benoist”, “Puerto
mayor” y “En el tiempo de las crinolinas”.
1929) que dan cuenta de la vida aventurera de los audaces
tripulantes de las goletas y de los héroes oscuros
que el mar devora. Por estos cuentos desfilan personajes
de razas, condiciones de vida y costumbres muy distintas
a la nuestra como Gavinza, quien enamorado del mar abandona
su familia para continuar la vida aventurera de sus antepasados.
El autor crea tipos arrancados vivos de la existencia anónima:
El piloto Oyarce, el finado Valdés, on Benoist, entre
otros. Según Domingo Melfi (La Nación, 6 de
noviembre de 1929) “En estos relatos hay movilidad,
agilidad, en algunos una nota humorística muy bien
lograda y en todos un estilo preciso, sobrio, de concreción
y robustez”.
Fragmento
Hombres en la selva ( Santiago-Chile.
Editorial Zig-Zag 1933)
Relato cuya acción se desarrolla en bosques australes
donde se contempla el espectáculo magnífico
de la naturaleza en toda su fuerza primitiva y soledad.
Aquí el hombre se enfrenta con la naturaleza tratando
de dominarla ganando talaje tras talaje un espacio y la
extracción de sus riquezas. A través de descripciones
breves que evocan detalles sugerentes sin reproducir minuciosamente
el paisaje dan cuenta a través de una hábil
adjetivación del color y la sonoridad. Soberbio marco
para que los personajes diseñados, también,
en sus rasgos esenciales se entreguen a la tragedia insinuada
difiriendo de los relatos anteriores
On Panta (Santiago-Chile, Edit.
Zig-Zag, 1935)
Marca
la historia del insano Pantaleón Letelier, On Panta,
agricultor venido a menos que cultiva sus campos a orillas
del río Maule; posee un león embalsamado (cazado
por su abuelo) en la hacienda, vive pensando en la existencia
de pumas dentro de sus predios. Esta locura es aprovechada
por los campesinos para resarcirse de los latrocinios efectuados
por un antepasado suyo. A propósito de esta obra
Mariano Picón Salas señala: “Ese león
que nunca se caza, pero cuyos rastros él sigue, es
para On Panta su novela de caballería. Y el choque
con una raza cazurra, con unos campesinos demasiado realistas
que, a cuenta del león, se van comiendo y bebiendo
los últimos haberes del descaecido hidalgo, es la
tragedia del pequeño Quijote Maulino”. (Citado
por Roberto Vilches Acuña en Atenea Nª 285,
año 1949). En esta edición se incluyen otros
relatos: “El aguilucho” y “Los salteadores
de Chillahue”.
Hombres y zorros ( Santiago-Chile.
Editorial Ercilla, 1937)
Colección
de diez cuentos inspirados en la Cordillera de la Costa,
de asunto sencillo que se dilatan a través de la
escena, de la estampa, muchos de estos relatos se cumplen
en el plazo de unas horas, manejo del tiempo que destaca
el crítico español Eleazar Huerta “Por
aquí llegamos a otra peculiaridad de Latorre, a su
dramatismo, ya que esta aceptación de la clásica
unidad de tiempo le sirve para mantener en vilo al lector
en espera de lo inminente que se resuelve al fin de un modo
sombrío o divertido, pero siempre teatral…
Lo criollo y lo sensual de Latorre puede hallarse externamente
en su vocabulario, verdaderamente pródigo en nomenclatura
campesino y en giros populares. En estos diez relatos Latorre
da cuenta de un estilo conciso, elíptico, vigoroso
que ha dominado la técnica verbal, que se advierte
claramente en “Carboneros”.
Mapu (Santiago-Chile. Ediciones
Orbe, 1942)
Colección
de cuentos en que se conjugan la prosa poética y
el relato propiamente tal, recoge la vida de las provincias
de Cautín y Valdivia que dan cuenta de la necesidad
imperiosa de conquistar la naturaleza, el arrinconamiento
del indio y el arraigo del colono, de los aventureros. Latorre
señala que: “El mapu no fue para los indios
la patria, la amplitud colectiva de la nacionalidad. Mapu
tenía una significación más estrecha.
Era la tierra de un grupo de tribus, con sus heredados tótemes
y un mismo paisaje”. El autor ha elegido gente del
campo y del pueblo para entregarnos estos reflejos de realidad,
relatando sus virtudes y sus defectos, su religiosidad y
supersticiones, sus ambiciones y su flocklore.
Viento de mallines (Santiago- Chile.
Editorial Zig-Zag, 1944)
Colección
de once cuentos, entre los que se encuentra el relato homónimo
que da nombre a la obra, que es considerada como “signo
de uno de los mejores matices del arte de Mariano Latorre”
en opinión de Mengod, quien agrega: “La prosa
bien trabajada llega concreciones de belleza en períodos
circunstanciados o en frases rápidas, procedimientos
ambos que requieren cuidadosa atención y capacidad
emocional”. Por su parte Latcham afirma: “ La
hermosura del lenguaje descriptivo resplandece aquí
como en pocas partes de nuestra literatura. Descontando
la belleza de estilo, las metáforas originales (…)
ha logrado insertar en este libro otras de sus características:
cierta socarronería, alguna teoría sociológica,
un insinuante atisbo racial”. Estos relatos que tienen
como telón de fondo la cordillera del sur muestran
las debilidades y grandezas de los colonos y rústicos
habitantes de La Frontera, en su lucha diaria con el medio.
El choroy de oro (Santiago-Chile,
Editorial Rapanui, 1946)
Bajo
este título se incluyen dos relatos: “El choroy
de oro” y “Trapito sucio”. El primero
ocurre en Rucañanco, nido de águilas, y trata
de una muchacha, Lenchen, sordomuda que es abandonada por
su familia germana. Es acompañada por Ñelo,
héroe infantil criollo, que se propone dar caza al
rey de los choroyes para con este obsequio demostrarle su
cariño, luego de una lucha titánica logra
su objetivo. Los choroyes sin rey sufren y caen diezmados,
pero logran recuperar a su rey dejando herido a Ñelo
y a Lenchen, quien entonces comienza a hablar, la familia
luego de este “milagro” no permiten que continúe
esta amistad. “Trapito sucio” tiene como protagonista
a Pichuca, la única hija de Ojo de Buey, quien escapa
de su casa en Nochebuena para conocer el prodigio de esta
fiesta en las calles de Santiago, a cambio obtiene el rechazo
y la mezquindad de sus habitantes. Cansada de vagar entra
a una iglesia y tiene la visión del Niño Dios
que le sonríe desde el altar, pero vivo borrando
la angustia de su corazón; olvidada de todos la pequeña
se queda dormida en un rincón de la iglesia. Fragmento
Chile, país de rincones
(Santiago-Chile, Editorial Zig-Zag, 1955)
Como
su novela lo sugiere trata de quince relatos interpretativos
del paisaje y de la idiosincrasia de diversas regiones del
país: la Cordillera de la Costa, el norte, el valle
central, la Cordillera de los Andes, la selva, Chiloé,
Magallanes, el mar, la ciudad. A través de estos
relatos muestra la variedad del paisaje chileno, lo diferente
del carácter de sus habitantes cincelado por la caprichosa
topografía del territorio y sus variedades climáticas.
El libro es presentado por el propio autor quien señala
la dificultad que entraña plasmar un arquetipo de
razas, desde el punto de vista artístico porque.
“La multiplicidad es el carácter del paisaje
chileno. Y múltiple es, también, la psicología
de su poblador, pero paisajes y hombres son unos en su pluralidad”,
concluye su presentación siguiendo el consejo del
escritor ruso Tolstoy: “Describe bien tu aldea y serás
universal”. La primera edición de 1947 publicada
por Austral en Buenos Aires consta de nueve relatos: “El
finado Valdés”, “Trapito sucio”,
“La vieja de Peralillo”, “En un vapor
caletero”, “Salteadores de Chillahue”,
“Dos pestañás de On Chipo”, “La
vaquilla de Huenchulif”, “El romance de un reloj
cuco” y el “Pontón Nª5”. Fragmento
El Caracol (Santiago-Chile. Edit.
Cruz del Sur, 1952)
Narración
autobiográfica que presenta una triple implicación
de narrador, testigo y personaje. Según Ricardo Latcham,
“vuelve aquí a aparecer el narrador directo,
sabroso, que traslada la acción a un plano íntimo,
de recuerdo y anécdotas de memorización estilizada
de un tiempo muerto. La prosa es de una riqueza de matices
que sugiere la densidad señorial de su autor. Habilidad
técnica para engarzar la presencia de un minúsculo
objeto en la trama que se desarrolla desde la infancia hasta
la sucesiva muerte del padre, el abuelo y la madre”.
La isla de los pájaros
( Santiago-Chile. Editorial Nascimento, 1959)
Bajo
este título se reúnen cuatro relatos: “Crónica
de la isla de los pájaros” se remite a los
amores de un profesor chilote con una isleña; “Miñimiñi
llegó el Caleuche” su tema ocupa como correlato
el mito isleño del buque fantasma, visto a través
de la mentalidad de un niño nacido de la esporádica
unión de un marino danés y de una isleña;
“Chodil y el pájaro carnero” muestra
fuertes descripciones del territorio patagónico y
“Lucecita y la perra que aprendió a ladrar”
también refleja a través de descripciones
la región magallánica. Estos habrían
sido los últimos cuentos que escribió ya que
a excepción de “Chodil y el pájaro carnero”
los otros no habían sido publicados antes en diarios
o revistas. Se trata de una voz testigo que narra el asombro
que le produce el choque de la cultura citadina con la de
los misterios campesinos cotidianos. Estos relatos próximos
a la literatura fantástica hablan de Chiloé,
sus islas, sus canales y su alucinante brujería.
El autor pone en juego su imaginación a partir de
la superstición y creencia que se anida en el alma
chilota. Para el escritor y crítico Fernando Uriarte,
el autor ha dejado “a la literatura chilena un cuento
que decorará todas las antologías. Se trata
de un verdadero alardee de maestría literaria, cuajado
en una prosa rápida y reptante que se ciñe
estrechamente a los requerimientos del tema, tierna mezcla
de poema y de fábula embrujada ala altura delos mejores
relatos de Lord Dunsany.” Se trata del cuento “Miñimiñi
llegó el Caleuche.” Fragmento
La Paquera (Santiago-Chile. Editorial
Universitaria, 1958)
Reproduciremos
lo señalado en el prólogo por Juan Uribe:
“El título exige cierta explicación.
Paco es el nombre que popular y vulgarmente se daba a los
agentes del orden público, uniformados, que prestaban
sus servicios a las municipalidades para la vigilancia policial
en las calles, antes de que se formara el actual Cuerpo
de Carabineros. Paquera es, a su turno, el de la mujer que
accediendo a los requerimientos de aquel guardián,
se aviene a ser su amante. Y la paquera de la novela es,
en fin, Escolástica, una demente menor recluida en
el Hospicio y a la cual, en la escuela anexa a este establecimiento,
se hace servir en pequeñas labores de aseo. Le hace
compañía otra, Sara, y ambas aparecen con
frecuencia distanciadas en feroces peleas y conflictos que
señalan incompatibilidades de caracteres, malos humores,
etc.
La novela aparece narrada en primera persona por una joven
normalista que pasa a prestar sus servicios n la escuela
anexa al Hospicio; dura toda una temporada escolar, y termina
a la iniciación de la siguiente, cuando la narradora,
asfixiada por la sordidez de aquel ambiente, consigue su
traslado a otra escuela. No hay desenlace propiamente tal.
Mientras Escolástica es seducida por el guardián,
queda embarazada y da a luz una criatura sana y robusta,
en otro plano, el de las maestras, Elena sigue a un sacerdote
que prestaba sus servicios de capellán en el Hospicio
y se va a vivir con él. Fragmento.